Es posible que cada uno de nosotros esté acostumbrado al consumo del vehículo que manejamos a diario y lo consideramos normal, sin embargo, existen algunas acciones que quizá no realizamos y que pueden disminuir el consumo de combustible, algo que es muy conveniente si lo usamos a diario para movilizarnos y puede generar un ahorro de dinero en nuestro bolsillo.
En primer lugar, es importante verificar que la presión del aire de las llantas sea la indicada en la ficha técnica del vehículo, esto nos permite tener una superficie de contacto con el pavimento. Llantas con demasiado aire reduce el consumo de combustible, pero disminuye el agarre de las llantas y por otro lado llantas con baja presión causa una sensación de “amarre” al pavimento, lo cual aumenta el consumo de combustible y desgaste irregular de las llantas.
En segundo lugar, el peso que llevamos en el vehículo también influye en el consumo de combustible, por lo cual la recomendación es eliminar peso innecesario que llevamos a diario, como herramientas que no son indispensables y toda clase de objetos o accesorios que no son necesarios llevar en el día a día.
Para el tercer lugar recomendamos el uso pertinente del freno y la caja de cambios. Si bien el freno es el encargado de detener el vehículo, un uso altamente repetitivo hace que aumente el consumo de combustible, pues cada vez que nos detenemos, debemos de nuevo pedir al motor que ponga de nuevo el marcha el vehículo. Además, que el uso de las marchas durante la conducción nos permite disminuir la velocidad a través de los cambios de marchas. Así mismo, los niveles de revoluciones que mantenemos durante la conducción
Finalmente, recomendamos el uso regular de sistemas de GPS, esto nos permite seguir vías alternas que convierten un recorrido que puede ser más largo en uno más corto, así estaríamos gastando menos combustible y si, también tiempo.